Esas zarpas que no patitas
eluden a ese archivo inconcluso,
aquel libro empezado con registros a medias
y hojas sin garabatos ni bocetos
que descansan bajo unas tapas impolutas
cuyo estreno brilla por su ausencia
de ausencia del primero del plural, escindido.
El ciclo se cierra incompleto en una carpeta
que alguna vez
contuvo la magia digital de mi anhelo
en tu palabra tierna mordaz de lengua sin pelos.
Cruzo la página en rojo
como un aviso que se me antoja certero
(recuerda que detesto asomarme en verde):
donde no hay reglas de cumplimiento
no hay espacio que el ánimo clausure
cuando el amor se vuelve a escribir con hambre de ser.
Quizá hay muchos libros inconclusos, otros muchos en blanco y varios escritos en tinta indeleble. Has hecho bien en cruzarlo en rojo. A veces es hasta necesario. Bellísmo como todo lo que escribes.Bss
ResponderEliminarHola, Katy.
EliminarTengo la manía de cruzar en rojo cuando algo me apasiona, con cierto respeto (tampoco se trata de avasallar:P). Pero todo tiene un límite: obviamente, lo haces cuando sientes que tienes confianza; cuando eso se pierde, no los cruzo ni en verde. Como ves, suelo tener tendencia a irme a los extremos, quizá porque existen ciertos temas que no pueden ser medias tintas.
Besos.