jueves, 1 de septiembre de 2011

En el momento en que nos dejas






Una estancia rectangular, de blanco decorado paliativo
vio tus ojos abiertos por última vez.
Quién sabe si en ellos aparecieron
esos seres que formaban tu rito de despedida:
Dicen que allí no entró ningún pájaro negro
para llevarte en sus patas de la cama,
y cruzar el cielo de vida, al otro lado,
ese lugar que casi todos tememos
y nadie sabe qué espacio ocupa
ni el que nosotros ocuparemos.
Cruzaste el mar sin alas negras,
y un pájaro blanco quiso cruzarse
con una de tus almas más queridas
el día de tu pasaje definitivo.
Atrás quedó casi un siglo caminando
con lo puesto, y lo más importante,
a cuestas. Del mismo modo, te alejas
y te quedas aquí adentro,con nosotros,
con el cuerpo lleno de amor y penas
y las manos, ligeras de equipaje.