Una tarde de finales de noviembre. Acabo de comer, estoy felizmente reposando estirada en mi lecho, con la mente iniciando un viaje a través de la visita a varios blogs que tenía olvidados desde hace días, blogs interesantes y muy peculiares, aquellas pequeñas joyitas desconocidas para el público mass-media, con escaso movimiento de letras últimamente; no por ello pierden valor los post antiguos, sino más bien ganan autenticidad, y el placer de navegar por sus letras apacibles, tranquilas, sin necesidad de verte atropellado por comentarios frecuentes que refrescan tu pantalla.
Pequeñas maravillas que, como el buen vino, uno teme que algún día todos la descubran y la conviertan más en un producto del márketing que en una web de lectura deliciosa. Sigamos disfrutando este domingo apaciblemente.
Haikus - Sorpresas de una tarde de otoño
Descanso en paz;
una tarde de otoño,
yazco en la cama.
Transito en sueños;
al otro lado, vacío
la vida a tragos.
Entré en tu blog;
Requiere invitación,
paso cortado.
Dices belleza
al mirarte a los ojos;
espejo roto.