He aprendido a morar en las tinieblas de los sueños,
a porfiar las barreras del miedo,
a desafiar los acuerdos tácitos
de la conciencia que limitan mis mareas.
Desde entonces naufrago en las entrañas del mar
buscando la ausencia de tus versos.
Te encontraré y me hablarás,
y escribiré infinitos besos en las olas,
recuérdalo.