lunes, 29 de julio de 2013

No hallo el olvido




Hechos que sólo la emoción entiende.
Morir, por ejemplo,
como deseo de un solo dueño 
fraguado en su horizonte de sueños.
Una ensoñación dormita en versos
bañada por el sol y el aire
libre de ser y fallecer
como le place, advenediza.
Tan sólo a ella le concierne
dejar de ser o estar. Y yo?

Morir. En paz, 
con nadie y todos viéndola hablarse
al margen.
Un insólito dolor 
va, viene y nos hiere
sin cuestionarse porqué  me escogió a ti
y no se escogió a él.

Lo sé, lo sabes, 
a quién más le interesa
cómo las hojas se mecen a su antojo?
Ojalá fuese tan sencillo 
como significante de quiero y puedo.
En esta muerte, sola,
sólo como deseo
este deseo tiene cabida.
No hallo olvido que te convierta en espectro.