De repente,
al sol gotas de agua,
un temblor
de deseo tan simple como
ambicioso,
haber sido el uno mirada
del otro,
sin verse,
y saberlo sin saberlo,
tan limpio
como profunda la nube
entra en las montañas
por su garganta
y se está
en un azul intenso azul.
en un azul intenso azul.
Sin conocer siquiera
nuestros timbres,
más sí la piel interior.
Sin conocernos,
pastamos los secretos al aire
o secretamos el aire en el pasto
mientras nos vemos
no que no ve nadie.
Cual Caeiro el pastor poeta,
tan sólo versamos.