De arco iris blanquinegros
se pintan los deseos fallidos
dispuestos en plumas encadenadas
coloreadas de un imposible agonizante;
un anhelo amparado en palabras
suspendidas en una página
marcada para su embargo
abandonada a la suerte
de este marco colorido
hasta su lecho de reemplazo
por otra versión más pintoresca.
Hete aquí mi colibrí
desplumado.