Yo no sé qué inquietud ahoga
este pálpito descontrolado
que ni de día ni en sueños
me deja reposar sin saltos.
Mas sé de un sentir oculto
que descubierto aflora
en devenires inciertos
arraigados en las olas
surcadas en vendavales
desde principios de julio:
Barco de arrojo, seguro
de llegar a libre puerto,
pues de tu puerta origen
partió a ritmo sereno.
Contigo. Sin documentos
ni amarras a fijo destino.
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Foto: Begoña Gamonal |