Amalia, tu oído es exquisito. Esta melodía me lo corrobora: sin tonos para agradecértela.
Gracias:D.
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Aún tengo sueños dormidos
bajo la red abandonada.
Arraigos al vaivén de la deriva
se mecen en la quietud
del silencio sobre la orilla.
Impetuosas alas corren por tus ojos
como luces de bohemia
de un esplendor de sentimientos hundidos.
Recuerdos de margaritas
muertas de amor en tu arco iris,
la voz de un instrumento
que caló sus notas en mis raíces,
una vida de emociones surcando mis venas
una tez verde exultante
saltando por las palmeras
llena de alegría y canto.
Todo y nada, un sueño de amor.
La indiferencia
aparcó su rumbo de fantasía en la arena.