De tí, asimilé sin inculcarme
que la margarita vive de por sí,
y es más feliz con
aunque no depende del sauce.
De él también aprendió
a desaprender sin rencor,
sobrevivir sin hablar
pero sin hablarse por.
A no dolerse por ver
y no ser vista sin más,
hacer lo que quiere hacer,
no estar donde está de más.
Porque la margarita es más feliz con
aunque no depende del sauce.
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Arbol del amor en campo de amapolas- Foto: Begoña Gamonal |