Tuvo en sus uñas la flor espinada,
el tiento del aire de paso por sus galerías de sueños
la visión de sus manos en sus adentros
removiendo el agua estancada
una veta de palabras ricas en sentidos y colores
un manantial de roca irredenta
rendida a las punzadas en su pie.
Tuvo lo que en realidad nunca llegó a tener.