Porque es cierto, las grietas de este sentimiento
no tienen secretos por las que tu agua no pueda adentrarse.
La roca picada suaviza la lengua
que la golpea a salto de viento,
muda en constante desprendimiento
sujeta a sus restos de rencor.
Donde estalla la tormenta se evaporan los sueños
cuando la furia penetra
para volver a flotar bajo el amor vuelto ola.
Ola rota de invierno
helada de desaciertos
con la piel chamuscada
de tantos desconciertos.
Porque es cierto, las rajas de este sentimiento
no tienen secretos
por las que tu agua no pueda colarse y ahogarse en mis adentros.
Tan cierto que has logrado ahogarme en mi propia palabra,
esa que jaspeo en acróstico bajo la piel de esta gata agónica.