Sólo sentir que no se siente
es una sensación de alivio tan vacía
que ni tan siquiera ocupa pensamiento.
Una expresión indiferente entre líneas
se toca al escribirla
con ojos de narrador ajeno
al tono de sus vaivenes ocultos.
Concibo estos tiempos de recogimiento
como un regalo a las emociones
que el corazón impone
a estimar aquello que nos repele
en contra de nuestro raciocinio.
Exponerse por exponer
no es un acto de valentía sino de impulso
subyugado a la razón de ser
más allá de una forma de expresarse.