Corre la tarde esquiva,
hierve la sangre, espuma
se esfuma a la sombra el sol
mientras sopla el aire.
Se van las brumas en la noche,
penden de un hilo momentos
a punto de descolgarse los broches
asidos en hojas idas en pocos días.
Penden del viento, rompen las perlas
bajo un blanquiazul de nubes recién estrenadas
mientras crujen las ramas en pena sin sus pieles.