Y vas y vienes,
y vienes, te vas
sigiloso,
a mi boca sedienta
de tu sal.
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Foto: Begoña Gamonal |
Cada dedo de mi aleta
te nombra
y tú vienes,
y me tocas, y te vas.
Y yo vuelvo a esperar
tus olas
en la orilla de mi mar,
ese breve instante
en que tu boca
toca mi boca
para volver a tocar
tu sal en mi mar
sobre mi piel,
ávida
de mi piel en tu boca
y de tu piel en mi mar.
Vídeo: Begoña Gamonal