En unos pocos metros
cubrimos nuestra verdadera piel
para evitar nuestro desgarro.
Afines sin remedio
conectamos sin planearlo.
Arrojo y miedo
convergen extasiados
en un mismo escenario.
Sin argumentos,
el genio destapó la lámpara.
En nuestras mudas
envuelta, imperfecciono
amarte a solas.