martes, 11 de enero de 2011

Olearse por el viraje del viento nadando en labios cosidos.


No sé cuándo me ahogaré;
no es cuestión de medir las brazadas que me quedan,
sino de no callar en mis adentros las que siento.
Por eso, mis manos hablan a labios cosidos
aunque éstos no se abran.

Begoña Gamonal



Sin embargo, sé que también existen
labios hambrientos de mar
y sirenas que habitan en ellos;
habrá que dejarse
olear por el viraje del viento.
 
 
Begoña Gamonal


El dolor de la libertad



Volar sin miedo a caer, seguro del motor de tus alas  retadoras, prestas a surcar, con arrojo, el dolor de la libertad.