Una melodía para escuchar con los ojos cerrados, vía @llorentea. Gracias, Amalia!
No es tan complicado.
Quizá demasiado sencillo,
contemplar el sorbo de tus manos
por el azul lejano de tu alcance entonces,
el amarillo cálido del monte y sus escuálidos frutos,
los improvisados tatareos de los seres de la infatua noche
en la infancia de un niño sensible tanteando sus juguetes perdidos.
en la infancia de un niño sensible tanteando sus juguetes perdidos.
No es sencillo, más es complicado no caer en la anatema
de esos ojos heridos que salinizan todo el dulzor
de esos ojos heridos que salinizan todo el dulzor
cuando tu indiferencia jaspea las grietas
tras tanto de inconsciente vertido.
tras tanto de inconsciente vertido.