Preciosa melodía para acompañar esta efímera e intensa relación entre la copa y el vino:
gracias, Amalia:D (@llorentea):
Cuando la botella se inclinó hacia ella, un deseo indescriptible
corrió por su piel al deslizarse un cuerpo líquido por su superficie interior,
rojo y poderoso; él se envaneció al tocar su fondo y, tras un breve devaneo,
quedó decantado de placer dentro de su cuerpo.
Un efímero momento de éxtasis, condenado a morir en el instante en que ella fue asida por su talle y vio cómo su amor se vertía en otra boca. El vino falleció en la copa de otros labios.
Un efímero momento de éxtasis, condenado a morir en el instante en que ella fue asida por su talle y vio cómo su amor se vertía en otra boca. El vino falleció en la copa de otros labios.