Tengo la mesa llena de colgantes de la suerte de origen chino.Uno procede directamente de Shanghai, obsequio de una experiencia laboral. El resto son regalos y compras de tiendas de barrio chinas.Este año he añadido un colgante nuevo, japonés, Nagisa (agradable), a la que se unen dos cactus nuevos tras la trágica pérdida de mi cactus rosa.
Como todo blog, éste tiene mucho de personal y poco de objetivo, así que pensé que no sería mala idea mostraros mi escritorio actual con todos mis fetiches.
Con múltiples focos puestos
en tus cabelleras de bandera española,
una campana empuja sus ondas
a las púas del día adormilado;
las horas torpes durmieron muchos meses en tu musa
latías en mí con la fe ciega del silencio
que no se pronuncia en contra y posibilita el quizá.
Empuja el hoy las ondas del ayer que tienen voz
en cada uno de los fetiches que habitan este blog.
No fue, no, ni es, la inspiración
el cristal que puso su belleza
bajo la piel cruda del amor
pues no es bella, ni única, ni canción
de una fotografía de escaparate.
Su esencia resplandece a contracorriente
y respira
cubierta de espinas de amor anónimo.