martes, 14 de agosto de 2012

Cual Caeiro el pastor poeta



De repente,
al sol gotas de agua,
un temblor
de deseo tan simple como
ambicioso,
haber sido el uno mirada
del otro,
sin verse,
y saberlo sin saberlo,
tan limpio
como profunda la nube
entra en las montañas
por su garganta
y se está
en un azul intenso azul.
Sin conocer siquiera
nuestros timbres,
más sí la piel interior.
Sin conocernos,
pastamos los secretos al aire
o secretamos el aire en el pasto
mientras nos vemos
no que no ve nadie.
Cual Caeiro el pastor poeta,
tan sólo versamos.


4 comentarios:

  1. Me gusta esta mirada interior, casi más fuerte que la mirada física.
    "Haber sido el uno mirada del otro,sin verse" Si al menos somos conscientes...
    Bss

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  2. Hola, Katy.

    Con la solera de frente en pleno "campo", te contesto a tientas.

    Me está inspirando bastante mi lectura actual de Pessoa y su ortónimo Caeiro, hasta el punto de, convencida de no tener palabras, arrancarme éstas espontáneamente escritas entre una de sus páginas.

    No hay mirada más fuerte que la interior, por más que el físico cuando uno es joven mande. Porque, a fin de cuentas, la primera es la que nos acompaña toda la vida, sin edad, mientras que la segunda se transforma en el mejor de los casos.
    Pessoa es muy profundo hasta cuando más ironiza. Y como justamente ahorita estaba leyéndole, te dejo otros versos que me encantan de la poesía de Alberto Caeiro:

    "Bendito sea yo por todo lo que no sé.
    Eso es todo lo que soy de verdad.
    Disfruto de todo esto como el que sabe que hay sol".


    Besos.

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