martes, 15 de febrero de 2011

La charca y el musgo

La charca se ahoga en su propia savia. Sus brazos se agarran encorvados al musgo de sus bordes en su último intento de sujetarse a la vida, huyendo de la ansiedad.

Hubo un tiempo en que la charca echaba pestes del musgo, su textura enturbiaba su radiante rostro transparente oscureciendo su tez.

Ahora, el musgo en un irónico gesto de cordialidad, moja su cuerpo algado para ser más jabonoso al tacto, y escurridizo.



Begoña Gamonal

6 comentarios:

  1. ¿es la Garganta de Cuartos? ;) Preciosas letras Begoña.

    Un abrazo

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  2. Fantásticas palabras.

    Sueño que sueño sueños. Indefinidos, inacabados e inciertos, pero inequívocamente sueño ¿Para qué flagelarse con ideas necias sobre malquerencias y sucumbir en la vorágine de sus aguas turbulentas?

    BESOS!

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  3. Hola Begoña:
    "Si no puedes vencer a tu enemigo alíate con él"
    Cuando nos damos cuenta que solos no podemos nos agarramoas a un clavo ardiendo, al fin y al cabo ambos se necesitan.
    Así son las amistades de conveniencia.
    Un beso

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  4. Buenas tardes, José.

    Bingo! la misma! hoy ya tengo en mi poder las antiguas fotos de cuando saltaba de piedra en piedra, hace ya la friolera de 20-25 años atrás.

    La historia es una fábula inventada.

    Besos.

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  5. Rosa, sueño que sueño sueño, y en sueños olvido.

    Moraleja: la charca hecha mano de lo que tiene a mano, pero la mano se volvió garra con dedos de terciopelo.

    Besos.

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  6. Hola, Katy.

    La charca echa mano, pero el musgo se venga:-).
    La moraleja es:

    el musgo no olvida,
    y en su ira se moja
    para ser resbaladiza
    y de ese modo se mofa
    de la charca altiva
    que, sin agarres, se ahoga.

    Besos.

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