domingo, 2 de noviembre de 2025

De medianoche


 


De nuevo vuelves a escampar

los efluvios interiores

a bocajarro.


Una y otra vez

la vorágine

te desata los dedos.


Tras la ventisca

yacen las hojas caídas

bajo tus manos.


Aventa de una vez 

la escancia maldita

que te envenena.





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