Desempolvas inacabables miradas que creías
encerradas bajo incontables ácaros
y descubres fichas desbordadas de comentarios
letras de niña, adolescente y mujer madura
con una misma huella en distintas honduras.
Fuera de su momento,
ahora es sólo una mirada la que abre
todos y cada uno de ellos, el instante
en que su mano despertó tu olvido retenido en celulosa.
Porque te sé tu y yo sin tan siquiera pronunciarte
ni hallarte en ninguno de estos libros.
Me has recordado con ternura mis libros que en todos guardo retazos de lo que fui y ya no soy. O tal vez algo queda dentro de cada uno de lo que fuimos.
ResponderEliminarBss
Buenas tardes, Katy!.
EliminarTe entiendo perfectamente...lo que empezó con la excusa de limpiar mis estantes, acabó por un repaso de alguno de esos ejemplares, así como también con la idea de releerme historias de nuevo; en algunos he encontrado hasta fichas con frases, textos e impresiones escritas de hace más de 20 años, cosa que reitera la atemporalidad de nuestras impresiones de lectura, me explico: aunque la impresión esté atada a un tiempo concreto, en nuestra memoria el tiempo es como si no hubiese transcurrido para con la emoción que nos despertó algún libro. Seguimos siendo nosotras:-).
Besos.