La pausa se hizo cristal de su retina
pintada en gris blanquecino
sobre la baldosa salmón jaspeada.
De huella a huella, le dijo lo siguiente:
"Cada uno tenía su pasado encerrado dentro de sí mismo,
como las hojas de un libro aprendido por ellos de memoria;
sus amigos podían leer sólo el título".
Muchas marcas antecedieron este dactilar,
otras tantas las siguieron hasta el presente.
Pasé justo por delante de ti apenas sin verte,
tal era todo el periplo compartido en silencio
que me dí de sopetón con tu posición en costado.
Un ala desplegada en perfecto encaje de pose
debate la tierra entre el ahora y la nada.
Nada particular me recorre en este instante,
si acaso unos cuantos golpes de viento en furia
y lluvias de pena que invaden mi amor
de todas aquellas cosas que de ti porto
y por ti llevo.
Allí, en las puertas entreabiertas de tu cuerpo
ahora que ya sólo puedes contarte desde el otro extremo
quiero gritarte;
aquí, ahora que estás solo con tu arte
y con los ojos en blanco,
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Me ha dado mucha pena. Has tratado el tema con mucha sensibilidad pero para mi es demasiado fuerte. Aunque se que esto ocurre todos los días , siempre me sacude ver algo así.
ResponderEliminarBss
Hola, Katy.
ResponderEliminarYo también me lo estuve pensando si poner o no la foto, porque no deja de ser chocante, lo sé; finalmente, he decidido hacerlo por la razón que expones. En realidad, no estoy hablando literalmente de este pájaro, sino que son un espejo que me inspira otros escenarios que no están relacionados directamente con el hecho expuesto en la foto. Según como lo mires, es como una flor marchita o una rama tronchada, seres vivos que ya no lo son, aunque sé que no nos resulta tan desagradable por menor similitud a nuestra especie.
Besos.
Es verdad Begoña, a mi me da a pensar en un amor destruido por el aletazo de la indiferencia. El amor muere…hay mutismo…no hay nada…está muerto!!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta transposición de escenario expresado poéticamente.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Buenos días, Ceciely.
ResponderEliminarTe había hecho un comentario, pero la web se fue al traste:(. Empecemos otra vez.
Te comentaba que la muerte es un estadio elemental de la vida que además la determina; en unas culturas más que en otras es un tema tabú que no debería serlo. Es el final del camino; mientras andamos en él vamos viendo otras muertes de toda índole; con todo, no nos acostumbramos a ella, supongo es debido a su desconocimiento e irreversibilidad. Por algo necesitamos fe.
En el amor, como en cualquier otro sentimiento, el proceso es el mismo, necesitamos creer que algo hay más allá aunque de hecho nunca hubiese ni haya nada.
Besos, y feliz domingo.