Purcell - O Solitude, My Sweetest Choice (Andreas Scholl)
Una barca a la deriva
se abraza a tu cuerpo robusto,
ostentosamente erigido
en el centro de la corriente.
En tu temperamento turbulento
nos acoges
con los dedos apretados.
Mi flor se agita
en bocanadas de ahogo
atrapada en tus remos
de ramales afilados.
Arranco de tu pecho
mi flor asustada.
Somos segundos de truchas
liadas a tus algas trenzadas
cara al sol
a punto de romperse en pedazos.
Buscando seguridades... muchas veces sí porque es humano. A veces hay que ir a la deriva como esas bellas nubes que traes, y que terminan acumulándose para dejar caer sus gotas de lluvia mansa sobre nuestra barcas.
ResponderEliminarSer nube es lo que quisiera ser a veces pero viajera:-)
Bss y buena semana
Hola de nuevo, Katy!
ResponderEliminarEspero que no se vuelva a repetir esta nube, al menos ésta no: me ví atrapada bajo una canoa aplastada literalmente por la fuerza de la corriente del agua contra un árbol en el medio del río; afortunadamente todo quedó en susto y algunos arañazos, pero la sensación de ahogo fue brutal. El agua tiene una fuerza natural que no podemos controlar, y a gente como yo con los brazos tan torpes y débiles deberían prohibirnos subirnos a una canoa a no ser que vayamos de puros pasajeros.
Besos.