“He venido para escribirnos”, le dijo en su mundo de burbujas.
a autopsiarte mientras desgrano tus vas y vienes en mis manos.
“el tiempo me dicta en los brazos asaltos de luz y oscuridad “
dijo su correa atada a su muñeca fija.
Guarda en su esfera el secreto del dolor,
nunca marcó en sus clavijas que los 360
eran pasajes de un día más ganado a la Oscura.
Cierras tu fuente en alguno de mis parajes
y brotas de pronto cuando yo nadie te espera.
Improvisado, te escribo a trompicones
en la hora en que tus dos remos resucitan la palabra.
Aunque la Justa siempre gane la partida con jaque mate,
he venido para escribirnos una partida acabada en tablas
allí donde el amor reside fuera del alcance del reloj.
"Quiero cortar en dos a la oscuridad y así poder elegir de qué lado estar". Natalia Litvinova
ResponderEliminarLo acabo de lleer y b¡viene como anillo al dedo.
Porqué perdedora.... eres luchadora y la vida no es una partida única. Hay más...
Bss
Buenas noches, Katy.
ResponderEliminarQué bellos versos!.
Mentiría si no te dijese que éstos causan charco en mi desierto. Sólo se me ocurre dejarte un poema de Antonio Porpetta, poeta que he descubierto recientemente, que espero te guste tanto como a mí, ya que no puedo decir más de lo que ya digo de éste:
PÁJARO POEMA
(De “Cuaderno de los acercamientos”)
Sé que está ahí, oculto y asustado
en un hondo rincón,
bordeando los filos de la duda
con su segura carga
de heridas y caricias.
Presiento su latido inconfundible,
su levedad de sombra entre las sombras
ajenas de la noche,
su tímido perfil desdibujado
en los lejanos huecos.
Desde mi ardiente orilla le requiero,
angustiada mi voz,
brillando en mi palabra
la orden y la súplica.
Me niega su presencia. Le persigo
por astutas veredas, acorralo
sus frágiles temores, acaricio
su erizado plumón, todo ternura.
Cuando creo tenerlo entre mis manos,
ya para siempre mío,
vuela lejos de mí, enloquecido,
dejándome en el pecho
un absurdo serrín de versos inservibles.
Furtivo en mi penumbra
espero su retorno, mansamente,
con la sutil paciencia
del que se sabe a solas con su incendio…
Volverá con la aurora,
palpitante y sumiso como un astro,
dispuesto a colocar su dulce grito
en la cúspide exacta de mi sangre,
y dormido en mis redes
yo velaré por siempre su sueño prisionero,
su hermosa esclavitud que me anticipa
mi propia libertad.
Preciosos versos. Conocí a Porpetta en el blog de Luna del Alba, una chica que recita versos. Y ha subido un par de este autor. Si que son bellísimos y comunican bien sentimientos y sueños.
ResponderEliminarBss y gracias por compartir.
Buenos días, Katy!.
ResponderEliminarPara mí ha sido un descubrimiento. Supongo que hay tantos poetas y escritores, que uno no puede conocerlos a todos. Comunica muy bien los sentimientos, me transmiten. Cada persona tiene su propio baremo, reconozco que a mí me ganó con este poema:
Antonio Porpetta
EL LOCO
(De “Los sigilos violados”)
La gente ser reía…
de su torpe figura sin destino,
del zambo caminar de su mirada,
del invierno posado en su sombrero.
La gente se reía…
de la lucha del aire con sus manos,
de sus tercos zapatos de difunto,
de la humilde altivez de sus enconos.
Era tan sólo el loco, así, sin nombre,
como un absurdo viento por la calle,
como un trozo de sol inesperado.
La gente se reía…
Iba de parque en parque recorriendo
la ruta de los pájaros.
Con rotundos discursos
explicaba a su sombra
que los pájaros eran
sus únicos amigos,
que con ellos hablaba, que le hablaban
desde las limpias copas de los árboles
contándole sus anchas aventuras,
sus idas y venidas, los asombros
radiantes de sus alas.
La gente se reía…
Se lo encontraron muerto
una alegra mañana, tras las tapias
de la vieja dehesa.
Nadie supo explicarse
cómo pudo morir en primavera.
Nadie supo explicarse
el porqué de su cuerpo derruido
bajo una inmensa nube
de pájaros llorando.