amalia llorente
27/07/2013
Alivia los ojos en un baño de manzanilla
a la vez que observa
lo que se cierne sobre aquella emoción
a la que puso un rostro.
Ahora
ese rostro lleva sus pétalos de abanderado,
y ella, sin verlo,
no recuerda sus cardenales
cercenándole la herida.
De su imagen el olvido,
del violeta al amarillo.
Impresionante denuncia velada de los malos tratos. Ciertamente muchas no lo ven o no lo quieren ver, cuando no el miedo. Me ha gustado mucho la delicadza con la que has descrito estos sentimientos.
ResponderEliminarBss
Sabes una cosa? cuando lo escribí no hablaba para nada de eso. Pero al leerlo una vez escrito por segunda vez, supe que podía asimilarse a un caso de malos tratos.
ResponderEliminarEs lo que te digo, Katy: y quizá ahora más que antes que escribo mucho menos, no sé ni en lo que me inspiro ni lo que me lleva a escribir sobre algo. Simplemente cuando siento el impulso me dejo llevar. Lo extraño en este caso es que no ha habido ningún estímulo que me lleve a este tema, ni siquiera una película o un programa televisivo o un artículo de internet.
Besos.