Desde el poblado ibérico las vistas son ordinarias salvo en su magnitud: concentración de cuevas cobijo de almas frente a la intemperie pintadas de humo y gomas gastadas,
nada particular que cualquier otra urbe del mundo no posea,
de no ser por unas vistas contempladas desde un montículo con un entorno privilegiado, donde siguen en pie pasadizos y muros de antiguas habitaciones que datan de más de 2.500 años.
unas sobre otras
sostenidas
en la bruma del tiempo.
La vieja civilización de piedra observa sin catalejos los nuevos laberintos agolpados sin espacio.
Un descripción bellísima de nuestra realidad. Lo nuestro nunca tendrá 2,500 años.
ResponderEliminarUn lugar idílico.
Bss
Lo tengo justo al ladito de casa...y pensar que en todos estos años nunca había subido!!!. Desde allí se ve toda barcelona, el masnou, badalona y una parte del vallés occidental hasta sabadell, con todo lujo de detalles.
ResponderEliminarLas antigüedades naturales impresionan por su aguante a la exposición de las fuerzas naturales.
Besos.