Ave del paraíso
En alguna estación perdí mis ramas de retoño;
en una plácida noche de estrellas fugaces
te encontré en mis cavilaciones de quimeras
allá cuando el ruiseñor del prisionero fue masacrado.
Un tacto de inapelable destreza sincera
despejaría toda duda por ausencia
interpuesta a mi razón,
más adelante.
interpuesta a mi razón,
más adelante.
El corazón y tú, de intención
deslenguadamente comedida y desnuda
se apoderaron de mi escenario vuelta función.
Entre actos, la representación se tornó una obstinada obsesión
por esas manos que no temen tocar adentro.
En alguna estación me perdí en tus ramas de perpetuo retoño.
Me gusta esto de perderme en alguna estación, sobre todo en primavera. Después cuando nos sentamos a meditar bajo un olivo nos damos cuenta de lo fugaces que son las cosas.
ResponderEliminarBss y enhorabuena:-)
Es bonito tener la capacidad de perderse cuando la tristeza está a punto de ahogarte, aunque siempre con los pies tocando suelo.
EliminarSin embargo, me quedo a la sombra de un olivo, con el suelo reseco y las olivas secas golpeando la cabeza: la realidad .Por algo España es tierra de olivos:D.
Una tregua, Katy. Sopesando, dejando enfriar la fiebre antes de actuar para ejecutar con eficacia. Besos.