Un libro se escribe en cada instante.
Ahora la hoja alza vuelo, después vuelve a caer por inercia.
Así se posa, en rama o en el suelo.
Estas letras nacen de tus hojas,
allí reposan cuando la musa no sopla.
Allí hasta el ahora que es luego.
Letras que vienen y en venir
levan o clavan sus anclas según les rota.
levan o clavan sus anclas según les rota.
Letras que a su antojo salen o se esconden.
Ya sabes donde.
Letras y momentos
en estado permanente de recuerdo.
Tú, mi libro en flor de instantes,
mi obra maestra de pensamientos.
mi obra maestra de pensamientos.
Bonito homenaje a los libros, a la poesia, al amor y a la palabra
ResponderEliminarFeliz fin de
Muchas gracias, Fernando.
ResponderEliminarBesos.
No siempre se está inspirado, no siempre se encuentra el momento para escribir, a veces esas letras se quedan ancladas en el pensamiento pugnando por salir pero al alma las esconde. Pero al final brotan en una maravillosa poesía con la que su dueña nos obsequia.
ResponderEliminarBss
Personalmente, me siento muy satisfecha de esta creación, me gusta mucho. El amor en ella vuelve a tocarme en su estado de gracia.
ResponderEliminarPuede pasar un tiempo bajo la hoja, pero al final se asoma como en esta ocasión.
Besos.
Me encanta Begoña. Única y excepcional, como de costumbre :)) Besos
ResponderEliminarBuenos días, José.
ResponderEliminarCreo que el excepcional es el estímulo que las provoca, sin duda:-).
Con ganas de volver a compartir como en origen.
Besos!:D