domingo, 12 de junio de 2011

Caracoles en tu piel


https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=BFq8vH7tPxs
Dulcissime.mov
Vía Amalia Llorente (@llorentea)



Foto: B.G.F.


Junio de agua;
los caracoles beben
sobre tu piel.

Foto: B.G.F.



En el dolor de mis ramas que invaden tus orillas,
la lluvia invita a los caracoles
a instalarse en tu piel, amor.


https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=BFq8vH7tPxs
Dulcissime.mov
Vía Amalia Llorente (@llorentea)

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4 comentarios:

  1. Gracias, Begoña, por esa imagen. Los caracoles son mis animales preferidos y nadie lo entiende cuando se lo digo. Son independientes (con su casita a cuestas, a todas partes) y parecen disfrutar de su lentitud... además, les gusta andar por los lugares húmedos y frescos... Y ante la tortura del excesivo calor o la sequedad del ambiente, se encierran en sí mismos y esperan mejores épocas. Son animales sabios... dignos de pasearse por la piel de un buen amor... sí... ¿por qué no?
    Un abrazo.

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  2. Buenas tardes, Francesca!.

    El frescor de la lluvia de estos días....
    A mí también me gustan mucho. Son animales discretos, no van agobiados, son silenciosos, y sí, es verdad, se enroscan en su caracola y no molestan a nadie.
    Cuando era pequeña, me gustaba jugar con ellos; ya sé que hay mucha gente a la que no le gusta su tacto, a mí sí; solía ponérmelos en el brazo y ver cómo se deslizaban por él dejando su rastro (luego me limpiaba, por supuesto); sentir cómo hacían su camino encima de mi piel me resultaba placentero, me entraba cierto cosquilleo, siempre espera ver su reacción, si huirían despavoridos o se acomodarían en mí; y ellos seguían trepando sin miedo, no les asustaba; yo creo que el motivo era que lo siento como un animalito inofensivo y simpático, cuyas antenas salían y se retorcían en función de las barreras que encontraban a su paso. No son mi animal favorito (de pequeña sí), pero sí es uno de ellos.

    Besos y gracias por tu mirada!. Tengo más caracoles fotografiados mucho más de cerca, pero deslizándose por la calzada o las paredes, no por la piel del amor:-).

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  3. Embelezada mirando las flores no reparé en los caracaless. Hice unas fotos de esta flor en Italia y no se cómo se llaman. A ver si me lo puedes decir tú.
    Los caracoles me recuerdan a esas personas solitarias y sufridas que llevan su carga sin molestar. Tengo alguna foto de ellas en el blog. Por eso es impensable que me las coma:)
    Besos

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  4. Buenos días, Katy.

    Pues yo tampoco sé como se llaman, y me tienen intrigada, porque la he puesto varias veces como ejemplo de una emoción concreta. La buscaré , aunque los libros de botánica de los que dispongo son limitados.

    Los caracoles por su parsimonía y su silencio o grito imperceptible para nosotros (no sé si emiten algún sonido entre ellos, supongo que sí), son fácilmente asociables a este tipo de conducta. No nos pican y se los coje fácilmente, por eso creo que no nos despiertan antipatía. Yo he comido alguna vez, pero no creo que vuelva a probarlos nunca más, no porque estén malos, sino por lo que comentas tú.

    Si adivino algo, te lo digo. Besos.

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