domingo, 19 de septiembre de 2010

Llagas




Una mirada interior, basta
para observar sus llagas
sangrar
a fuerza de trazos
en imagen;

de imágenes
empuñadas por la mano
y su pulso de ego.


Palabras, sólo palabras
intentos limados
de perforar su contorno
en la inexistencia
del corazón postrado
que contempla
en el silencio de las sombras.


Quizá sea mejor
beber
de las heridas
y dejar
que la sangre se deslice
y se pierda en los extremos
sin dejar
empaparse las manos.


Es hora de quitarse los clavos.



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