martes, 30 de agosto de 2011

A tu memoria

Hace exactamente 10 años, un día como hoy decidiste cruzar el mar de la tierra. Demasiado tiempo atascado en sus turbulencias terrestres sin  poder alzar siquiera un sonido, un paso, un gesto.



"Al atardecer", Primera de las fantasías Opus 12 de Schumann
Amalia Llorente (@llorentea- twitter)





3/9/01  

Caías;
y tus lágrimas corrían por las venas
en goteo continuo.
               Las pupilas,
dilatadas por el frío vaho
de la mordaza.

Caías,
y contigo goteaban aquellos
húerfanos de la memoria.
               Tus pupilas,
encogidas por  la pesadumbre
de la tardanza.


Caiste;
               y las puertas
se abrieron para siempre.




sábado, 27 de agosto de 2011

Abocado al fracaso, resistiéndose.





En las puntas iluminadas de la noche

respira el cielo en río abierto.



Bordea las nubes una hilera de flores

tejiendo entre sus algodones besos de agua

con las que evaporarse en la alborada

sobre el cuerpo de su amor.



La tierra llora;

en los brazos, su amante

yace secándose.

Me resisto.





miércoles, 24 de agosto de 2011

Una sola dirección.




Supongo, es conveniente
enamorarse de lo importante
cuando el detalle se da  por perdido,
y lo pequeño es trivial
frente lo concedido
de natural, a lo grande.

Así veo una nube disiparse
como si no hubiera existido.
Si al menos, hubiese sido capaz
de bloquear su paseo,
seguramente, detenida,
habría molestado menos.

Vencida, ha caído por sobrepeso.



viernes, 19 de agosto de 2011

La margarita podada renace en tus ojos, Sauce.


 La roca irrumpe en el río creando soportales en su cuerpo de marcha continua. La abriga el musgo, adosando en sus poros agrestes su verde cabellera.








La  noche que el Sauce sucumbió al diente de león, la margarita fue podada y transportada por una nube de bruma que la vio desolada a los húmedos matojos de su piel; allí, el Señor Musgo conservó el marchito resto de su antaño talle y su inagotable e incombustible amor impreso en su tallo.






Creyó el Sauce no volver a ver su rostro violeta, más el agua repartió por su paso las esporas habitando todos los rincones del valle con su espíritu de color.


Una avoceta asida a un águila imperial diseminó una semilla de la margarita sobre el tronco del Sauce; las aves del bosque saben que la margarita fue arrancada, pero el Sauce aún guardaba un hueco para ella en su carne, dispuesta a renacer de nuevo bajo los ojos de su amor. Porque la margarita te ama eternamente.



lunes, 15 de agosto de 2011

Sorteando emociones




Transitar sobre los brillos de las hojas
buceando sobre los pies
apenas sostenidos entre hilos,

sujetando nuestras emociones 
hechas materia y levedad
sobre el agua,

navegando sobre los subterfugios
de los remolinos, 
los tuyos y los míos.

Caminamos entre fondos y vértices
sorteando el sentimiento inconcluso.





miércoles, 3 de agosto de 2011

Fábula de la Gaviota y la Cotorra Marina




Bordea el mar, sigilosa,
la gaviota
buscando la marea
de tu boca contra las ondas
de agua y sal.


No sabe que estás
en la epidermis
donde la ola naufraga sola
atenta
a su pico voraz.



Gaviota que te arremetes
dentro de la espuma del verso
para alcanzar sus escamas
y saciar de paz tus lamentos.


Ella, escamada, recuerda
que la llevaste a un desierto
y la soltaste en un lago seco
para aprender a enterrar en la arena
las raspas amargas.

Obviaste que sus gemidos
alcanzaron al Señor Nube
que, deshecho en agua, rompió su cuerpo
formando un reguero de lágrimas
que arrastraron a la cotorra hacia el mar.



Surcas el mar, y te vuelves ansiosa
cada vez que sientes sus aletas
chocar con la piel del océano,

arañando, quizá, las sílabas perdidas
en las fauces 
de tu cotorra marina.