En las puntas iluminadas de la noche
respira el cielo en río abierto.
Bordea las nubes una hilera de flores
tejiendo entre sus algodones besos de agua
con las que evaporarse en la alborada
sobre el cuerpo de su amor.
La tierra llora;
en los brazos, su amante
yace secándose.
Me resisto.
Muy bonito Begoña, pero que muy bonito.
ResponderEliminarUn beso
Hermosos versos!
ResponderEliminarun abrazo
Muchas gracias, Fernando!. Saber que gusta, aunque sea mucho más triste de lo que parece, anima.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Mery, por tu paso y tu mirada!.
ResponderEliminarBesos.
Hola Begoña parecen los acordes o el preludio del otoño. La tierra se duele de su fruto tal vez. Pero aún es pronto, alguna que otra florecerá y la siguiente primavera otros amores nuevos traerá.
ResponderEliminarQue hermosas palabras fluyen siempre de tu corazón y sentimientos que no de la pluma.
Un beso
Buenos días, Katy.
ResponderEliminarNo lo había pensado, pero el colorido es realmente otoñal (es una estación llena de colores tras el yermo verano,aunque este año debido al clima, puedo enseñarte fotos de hace unos días del parque de las cotorras y creer que es pleno otoño).
Creo que estas flores no tienen estación, de hecho han cubierto un ciclo completo, el tiempo que este blog lleva abierto....y de momento, siguen evaporando besos de agua sobre la tierra, siguen vertiendo sus sentimientos de amor sobre el suelo de las palabras que las recoge y las deja como patitas grabadas en el blog.
Las palabras hermosas son las tuyas que hace tiempo riegan esta casa, tuya y vuestra, para que sigan creciendo a golpes de besos de agua llenos de sentimientos y ternura.
Besos.
Pero esa tierra que hoy llora cómo se seca su amante en primavera volverá a sonreír porque su amante ha vuelto.
ResponderEliminarUn beso guapa
Buenas noches, Javier!.
ResponderEliminarAfortunadamente, la vida sigue su curso. En este caso, la tierra se duele porque esas gotas seguirán cayendo, pero no serán las mismas. Ella sabe que no abrazará el mismo tipo de temblor, al mismo tiempo que asimila en sus carnes todo lo que la empapa. Una paradoja de la naturaleza.
Besos, Caballero de alas blancas:D.
Parece como si la vida naciese de la tensión de esas separaciones... Precioso Begoña...
ResponderEliminarBuenos días, Manel!
ResponderEliminarLa vida sigue fluyendo al margen de los sentimientos, o con ellos; de ese modo, el agua cae sobre la tierra que se refresca y alimenta de ella mientras va desapareciendo entre sus grietas; del río, el agua se separa del suelo elevándose en forma de vapor hacia el cielo formando una nube. El agua ama la tierra, pero su vida en sus carnes es tan efímera como intensa......(ya me inventé una historia de la realidad):D.
Mira todo lo que tu mirada me ha hecho decir...Gracias!. Besos.