Una tras otra, tus patitas
pueden ser visibles tan sólo en polvo
que el aire esparce sobre nos,
como las miguitas que dejan
los pájaros a sus polluelos
para no desviarse del camino.
Del mismo modo,
van saliendo las ideas del tronco
como hojas que acunan las margaritas del sauce,
y no sé si será el sí o será el no
cuando se trata de tu irse o quedarse
entre las ramas de mi amor
de esta sofocante primavera de sol.
Una sospecha intuitiva. Quédate.
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Foto: Begoña Gamonal |
Preciosa foto y delicioso poema, llenos de vida, picardía.
ResponderEliminarLos he disfrutado.
Un abrazo :)
Buenas noches, ya casi es mañana:)
ResponderEliminarA la inmensa mayoria de las personas les encanta deshojar la margarita, es una forma de ganar tiempo, de comproterse, de dar el primer paso.
¿Comento? ¿No comento? Le gustará a Begoña o no le gustará?
Pues creo que si, como a mi sus versos y esta linda fotografía.
Besos
Buenos días, Alejandro!
ResponderEliminarGracias por tu huella, saber que lo disfrutas hace que lo disfrute yo.
Besos.
Buenos días, Katy!
ResponderEliminarPor supuesto que sí, comenta!. La incertidumbre genera miedo, dudas, temor. Pero cuando el sentimiento es firme, desaparecen.
Tu comentario me lleva a meditar éste: lo que se ofrece al vaivén de las hojas de una flor es efímero, y no es tanto el que lo sea o no como el hecho de ofrecerlo al capricho de unos pétalos que además estropean la maltrecha flor. La intención supera el hecho.
Besos.