Me levanté con nuestro encuentro entre mis manos: desperté con el hueco entre mis sueños encontrado; sin embargo, me quedó la suavidad del olor eterno que compartimos en silencio abrazados,y esa ternura que día a día crece y se hace más prolongada y testaruda.
Echo de menos verte con los oídos, sentirte con la vista, mirarte con el tacto, hablarte con el cuerpo, escribirte con los sentidos, expresarme con mis dedos y susurrarte que eres un sueño compartido y secreto.
Echo de menos tu voz, tu aliento, tu ser, tu estar entre todos y nadie, tus sueños, tus manos, tu risa, tu pensamiento, tu condición, tu duda, tú y sólo tú que hoy no estás, ahora....
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Me gusta que expreses que los sueños confunden los sentidos, a mí también me pasa.
ResponderEliminarEspecialmente cuando tu mente te lleva más allá del espacio y el tiempo, y se mezclan los recuerdos con el infinito.
Buenos días, Alejandro!
ResponderEliminarLa mente es inconmensurable, nos lleva donde quiere, a veces también nos tuerce.
Me gusta más hablar de nuevos recuerdos, que éstos se mezclen con el infinito, pero de presente-futuro. Así forzamos a la máquina mental a dejar espacio para ellos, y el pasado pasa a ser una anécdota perceptiva que sólo nosotros recordamos a nuestra manera.
Besos, compositor!. Feliz sábado fresquito.