Quebranto.
Una vez más, la hoja se cayó en silencio
frente a todas las hojas.
El árbol, liviano sin peso,
sintió un cierto alivio
y un vacío oculto
tras su tronco firme y seguro.
Vuelve el verano
a darnos sus últimos coletazos
y yo, me rompo en su aliento
bochornoso.
Hoja,
pronto llegará el otoño
y el viento volverá a mecerte
en sus alas.
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