domingo, 24 de marzo de 2013

Para hacer honor a la verdad



http://www.youtube.com/watch?v=i4QM2uENkE8&feature=youtu.be

Purcell: O solitude - Scholl Per a "Para hacer Honor a la verdad" 



No es la edad la que convierte 
el devenir del agua en un pozo estancado,
no es lentitud de la premura de juventud 
por conquistar los territorios prometidos,
no, no es la torpeza del envejecimiento 
que sufre de flojera y busca asiento,
es la piel que se ha quedado sin corteza 
a base de golpes tras viajes y experiencias
dando tumbos por el camino;
el hoy es lo único certero. Lo demás, 
el final del pálpito pleno al llegar a destino.


Así que dejemos la flor de primavera 

y abramos los ojos a la estación de la boca mordaz 
sin pelos de cerezo.





jueves, 21 de marzo de 2013

A cachitos de amor y versos tu flora.




A cachitos de aroma deshaces las antenas de tu flora
a cachitos de pelo en pecho contra lluvia y marzo.
En este día como otro de los que completan 
una vuelta de ruedo
no quise pintarte los bigotes de negro
con estos ojos que no ven más allá de sus pies 
en contacto con la tierra.
Por hoy, dejaremos que las vetas del jaspe 
no salpiquen el arranque de tus vuelos 
que ponga sus pies en polvorosa.
Recuerda que ya te lanzaste al vacío varias veces 
y no se vive más de siete.


lunes, 11 de marzo de 2013

De una rama de cerezo



Ayer vi la sonrisa de la felicidad
partirse en muecas de engaño, robo y desfalco democrático.
Pero no es la corrupta realidad de esas manos 
sin fondo de saciedad en continua usurpa de lo ajeno 
la flor de la ilusión,
ni la desgracia posada en nuestras pieles. 
No es nada de eso, no,
ni tampoco la fantasiosa quimera al encuentro de su anhelo.

Es tocar tu clavicordio aunque nunca he visto ninguno,
vivirse en tus recuerdos como otro,
verse en tus arrollos de sensaciones,
ser en tu historia, encontrarse 
como quien nace de una rama de cerezo.
Hasta merece la pena,
y los cerezos ni se inmutan.
De tupidos bermellones sus cabellos 
cubren las ramas de antojos en rubores.
Ojos cerezos de largas pestañas 
en voluptuosa abertura de diafragma
poblando las copas de los árboles.


Si la madre naturaleza se despliega 
con un arsenal de brotes sonrosados de luz, 
y si también es capaz de abrirse paso 
en la oscuridad de la grieta con mano firme y profunda,
entonces por qué no experimentarse como árbol 
del que destrepan retoños 
al mínimo roce de riego por las nubes y el sol?


martes, 5 de marzo de 2013

Los dedos de la madre naturaleza




                  Fluyeron las entrañas por la acequia.
                  Ese año de hoja requemada
                  replegada en sí misma cierra la voz,
                  seca el fruto encogido entre arrugas.
                  Un cierre de compuertas,
                  un estancamiento de agua,
                  una hendidura de pérdida,
                  un suelo quebrado de hojas lacias
                  corrompidas en agridulces delirantes:
                  agrio tu deterioro, dulce mi quimera.
                  Se me descuelgan los deditos
                  de las manos naturaleza en tu piel imaginada.
                  La tierra labra un séquito de cardos
                  de los que asoman flores
                  de espaldas al crudo suelo
                  embrujadas por un enjambre
                  de bocas libadoras: el árbol aflora.
                  Las compuertas se arrojan a las fauces del agua
                  que raspa y devora las rejillas de la memoria
                  a la vez que fluyen los capullos del cerezo
                  cuando aún la nieve cubre la tierra,
                  una compuerta que se me antoja propia 
                  de puertas adentro.



domingo, 3 de marzo de 2013

Bajo la piel




Porque es cierto, las grietas de este sentimiento
no tienen secretos por las que tu agua no pueda adentrarse. 

La roca picada suaviza la lengua 
que la golpea a salto de viento, 
muda en constante desprendimiento 
sujeta a sus restos de rencor. 

Donde estalla la tormenta se evaporan los sueños 
cuando la furia penetra 
para volver a flotar bajo el amor vuelto ola.

Ola rota de invierno
helada de desaciertos
con la piel chamuscada
de tantos desconciertos.

Porque es cierto, las rajas de este sentimiento 
no tienen secretos 
por las que tu agua no pueda colarse y ahogarse en mis adentros. 
Tan cierto que has logrado ahogarme en mi propia palabra,
esa que jaspeo en acróstico bajo la piel de esta gata agónica.