Entenderse, hablar,
de lo que duele y de lo que no;
interactuar
desde la humildad y la intimidad
de dos personas o más.
El vínculo perdurable
que tan sólo necesita instantes
de profundidad
para volver a encontrarse
muchos años allá,
y mantenerse inalterable, atemporal.
A un día vista de la clausura del 2025,
he encontrado una razón de ser de este blog
en este rincón de meditar:
dialogar, comunicar,
una necesidad
y una carencia vital.

No hay comentarios:
Publicar un comentario