Con la boca cerrada
maullo a tus espaldas,
a gatas
paseo sobre tus hombros
con la emoción improvisada
de un antojo cariñoso.
Mis sentidos ronronean,
mis bigotes se recrean
en tu ingrávida atmosfera
de emociones encontradas
derretida en tu aroma
de nube de azúcar
y hierba recién mojada.
Te cerco por tu espalda
mientras roneo por dentro.
Y es que no puedo disimular
lo mucho que me engatusas;
conviertes mi enojo ajeno
en un vendaval de ternura.
Soy piel de sol y de fuego
al caminarte con mis dedos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario