No sé si estas líneas son poco más
que el peso de la perspectiva del tiempo.
Ni tan siquiera sé si este espacio
ocupa más que un espacio personal
pendiente.
No es cierto que el tiempo da temple
a las llamas fratricidas de un ente inexistente.
No se apaga el fuego que se apega
sin que nadie le diese la bienvenida.
Estos días surgió una galleta de la suerte
que predijo una certeza trabajada:
"todo tu trabajo dará por fin su fruto."
Fue de cierto un día del presente.
Un azar que tocó su propia lotería
a golpes de esfuerzo y calma.
No se sabe aún si es de la agraciada.
Hola, al menos se que estás aún como yo en este mundo virtual de vez en cuando. Estoy ausente.
ResponderEliminarMe ha gustado tu reflexión en voz alta, y las respuestas solo tu las sabes, si es que las hay.
Un beso enorme.
Hola, Katy.
ResponderEliminarSí, más bien no que sí, pero uno nunca se acaba de alejar del todo de todo aquello que nos aporta.
A veces el azar hace que conecten en un mismo instante dos actos independientes, como en este caso. Una noche cualquiera pedí comida china a domicilio de un sitio habitual de donde hasta ese momento nunca me habían regalado una galleta de la suerte. Y mira por donde, esta vez sí. Gajes del azar.
Besos. Nos seguiremos cruzando, y espero que por muchos años:-)