No interpretes más allá de lo que ves
porque no hay más que hueco sin reflejo
detrás de las palabras,
y es tan fácil errar
hacia otros derroteros...
No, no pude caer en que el azar
pudiera cruzar tantos cables coincidentes
ante adversidades tan divergentes
como esquivas a declararse
en su apariencia real.
Tan transparentes los pliegues doblados de la roca,
imposible pensar que no iban a la par
a un mismo apeadero.
Aprender de los tiempos pasados
a no cuestionar en los venideros.
En definitiva, hubiese ahorrado
mucho caudal estrellado
y otro tanto con el agua estancada
de haberme mostrado antes
el cauce de tu garganta.
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