Una caricia que se abre paso entre tu piel,
me surca las venas de mis manos
y me atraviesa en dos.
Mis yemas palpan tu rostro,
rozando cada centímetro de tus poros toscos.
Suaves caricias que añoran el roce
de tus labios carnosos en mi piel.
Siento obsesión por saber qué aroma
transpiras, qué perfume desprendes, qué sensación
te provoca el contacto con mis dedos.Me despierta una emoción
de una ternura indescriptible
y tentadora. Prohibida y dulce,
inocente y encantadora.
ArdillaIntrospectiva |
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