Paraíso de cotorras |
Las cotorras, avezadas a saltar de copa en copa
las palmeras de nuestro parque, aletean agitadas con un griterío
exultante y divertido.
Fue el otro día desde que atisbo lo cotidiano,
que me detengo y me deleito en observar tanta belleza
que nos da la naturaleza en vivo,
incluso en las ciudades que habitamos; los visitamos,
nos sentamos en sus bancos sin darnos cuenta
de la vida que los rodea y nos rodea.
Cotorra en rama |
Muchas veces las miro saltar desde sus nidos,
haciendo tanto estruendo que me alegran los sentidos
y de tí me acuerdo:
te veo convertido en cotorra, ágil, bonita y vigorosa
que se acerca para cantarme una nana al oído;
en nuestro parque, yo también soy cotorra
que te susurra "ven y cántame mi niño".
Cotorra en nido |
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