Tu barrio y el mío,
espacios distintos
cómplices de la misma simplicidad,
refugio de las voces que no callan
ni protagonizan batallas.
Tras las sombras
brillan los misterios por descubrir
donde los puentes arrastran
corrientes de agua
que no dejan de fluir,
tu gusto por debatir
y crear esta historia sin puntos ni ceros.
Algo más que un hálito,
donde el hábito guarda toda la confidencialidad
de mis ojos,
tan esquivos como la piel que se quiebra
tan solo mirándote.