lunes, 24 de septiembre de 2012

Para qué?




Volví. Y no sé por qué lo hice.
No tengo respuesta a mis propias dudas.
Volví sin pensar, sin saber,
tan sólo sentir un impulso a contar
para contarte a ti.
No hubo propósito previo,
ni preconcepto, ni meta, ni objetivo.
Hoy replanteo las consecuencias nulas
de un monólogo sostenido en nada.
Si el tiempo vale, qué vale el tiempo perdido
en respuestas sin preguntas?






5 comentarios:

  1. Hay los impulsos, cuando son intuitivos funcionan pero cuando son razonados o mecánicos suele pasar que uno se haga estas preguntas. Me encanta esta foto con la ranita. Me resulta supertierna.
    Parece despistada.
    Bss

    ResponderEliminar
  2. ¡Ay! madre se me coló la "H" lo siento. Pero con este catarrazo no hay quien de pie con bola.
    Perdón.
    Bss

    ResponderEliminar
  3. Buenos días, Katy.

    Cuida ese resfriado, estamos en la época más propicia para ellos:-).
    Más que una creación poética, es un pensamiento, una reflexión. La cuestión es que es ahora que aflora, con el sentimiento más templado.
    A mí también me gustan las ranitas; la puse porque hace muchos años fue un impulso que me llevó a escribir.

    Besos y a cuidarse!. Y no perdones al resfriado:-).

    ResponderEliminar
  4. Y fíjate que la pregunta realmente importante me parece otra: ¿Por qué?

    Me encanta Begoña. Un abrazo!

    ResponderEliminar
  5. Buenos días, Isabel! Me has pillado online tanteando ofertas de empleo:-).
    Efectivamente, es una pregunta genérica muy abierta que bien puede ser la que formulas.
    Nunca he sabido si tiene sentido escribir a no ser que ganes dinero con ello, pero aún me genera más incógnitas saber por qué se desencadena ese proceso, en qué momento mi mente dormida empezó a crear y por qué, qué fuerza la despertó, sí, bingo, así es!.

    Un abrazo!.

    ResponderEliminar