"Cuando las ganas pueden más que el desencanto" - A 5 de octubre del 2010
Nosotros, tú y yo, yo y tú, aque que mira y lee como yo aunque no veamos lo mismo ni lo interpretemos del mismo modo, entonces perdería la gracia, pero es un nosotros: lo que importa es la mirada, porque mirar es tener curiosidad, y la curiosidad empuja al aprendizaje, a querer saber más, a conoer más allá de una mirada individual, aprender juntos a ver con distintos ojos, de forma diferente, única pero compartida, conocer distintas visiones o intentar acercarse a ellas, disfrutar aprendiendo, también errando, equivocándose, riéndonos y también compartiendo tristezas y realidades, porque los amigos de verdad, los amantes del alma no sólo viven de alegrías, y sólo aquellos que se atreven a afrontar la vida con toda su dureza, son nuestros amantes, nuestros cómplices, amigos, familiares, porque el dolor como la alegría forma parte del universo de los sentimientos y de la vida. Vivir para ver, sentir y decir. Porque lo que no se dice se pierde, y quizá lleguemos demasiado tarde a decirlo, habremos perdido ese momento irrepetible. Por eso yo siempre te lo digo, lo muestro a tu mirada, la tuya, el que ahora está leyendo, hasta hoy. Sentir y expresar mis alegrías y temores, mis sueños y mis miedos, mis sentimientos que suben y bajan, que corren y se detienen, que sientes, que pueden tocarse como yo toco los tuyos, como nos tocamos con respeto y ternura, fluyendo como fluye la sangre por nuestras venas mientras estamos vivos, eso es vivir. Transmitir mi pensamiento a tu pensamiento, tus trazos a mis trazos, mis versos a tus versos, nuestra mirada sólo nuestra, tuya y mía. No es más ni menos que eso, no hay más que decir, sólo sentir, porque si sentimos estamos vivos en trazo permanente.
Espero tus trazos para enlazarlos con los míos.
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