Hoy, mientras andaba en modo anodino,
unos pasos antes de cruzar las palmeras,
mi cuerpo se detuvo a escuchar su llamada:
silbidos y bullicio de vuelos en ramas,
las alas cruzadas de saltos en vuelo.
Y recuerdo, graznidos, mis cantos secretos,
todos esos versos grabados en tu tronco,
y tú, siempre esquivo, ajeno a mi llamada
cuya nota en llama viajaba a tus sentidos.
Al despiste, el sentimiento andaba por las ramas
mientras tus ojos escrutaban otros senderos,
que no los míos.
Hola mi querida Begoña. He regresado el martes y la verdad es que estoy un poco averiada de las piernas, una tendinitis por recargo:(
ResponderEliminarMe vendría bien ese banco en dónde te inspiran las cotorras tus musas por lo que veo estaos bellos versos.
"Al despiste, el sentimiento andaba por las ramas mientras tus ojos escrutaban otros senderos,que no los míos".
Ellas tienen otros caminos, otras prioridades, otro mundo, por eso el andar por las ramas a veces nos transporta a rincones inéditos del alma si escuchamos sus voces como lo haces tú...
Me encantan estas tus historías de cotorras.
Bss
Buenas madrugadas, Katy!
ResponderEliminarA estas alturas, espero que ya se te haya pasado o, al menos, calmado el dolor de piernas. Son muy molestos, se pongan donde se pongan. En este caso, sí que reposar te habrá ido bien, pero en un "banco de piel" cómodo.
Ese sentimiento que se escapa, que se anda por las ramas y no atiende a razones y hábitos, de rama en rama se zarandea y se pierde entre ellas, indomable....
Su brío zarandea mi corazón desvelado entre sus desvíos entrelazados , y entre cruce y rama brincan exaltadas como si la palmera fuese un laberinto de pasiones. El banco es mi palco de ilusiones.
A mí me encantan tus visiones, Katy.
Creo que hoy me andé por las ramas....es la noche, que me inspira verborrea:-). Besos.